J.J. Abrams nos propone con Super 8 un apasionante y nostálgico viaje a los 80s, ya que es imposible ver esta película y no acordarse de algunos de los éxitos dirigidos, o producidos, por Steven Spielberg como Los goonies, E.T. el extraterrestre o Encuentros en la tercera fase. Abrams ha sabido meterlos en una coctelera, los ha mezclado magistralmente y los ha aderezado con una buena historia, unos magníficos efectos especiales y una espléndida banda sonora. El resultado final es Super 8, una "monster-movie" de aventuras pandilleras con toques de humor al más puro estilo "goonies", que nos devuelve una pequeña parte de nuestra infancia que parecía estar olvidada en lo más profundo de algún cajón, haciéndonos sentir de nuevo admiración por lo desconocido y la aventura.

El título es en honor a la cámara de 8 mm que usan los niños para grabar

J.J. Abramas ha querido volver a enseñarnos la forma de hacer cine de los 80s, pero se ha quedado a medio camino ya que, a mi parecer, la historia pierde estabilidad en varios puntos, sobre todo al final, lo que da una sensación de que la película va de más a menos.

En temas y aspectos técnicos, la película está muy bien ambientada en la época de finales de los 70s y los efectos especiales son muy buenos. Aunque entre estos aspectos técnicos me gustaría destacar la banda sonora, de Michael Giacchino, que es impresionante y que es digna de escuchar fuera de contexto.

En definitiva, una entretenida película mezcla de ciencia ficción y aventuras, con pequeñas dosis de terror y un toque de humor, que la hacen una película para toda la familia, en especial para los nostálgicos del cine ochentero de Spielberg.

Nota: 7 sobre 10