Las vidas posibles de Mr. Nobody
Y no le faltaba razón al director belga, ya que la película parece algo confusa y la historia es como un puzzle en el que parece que las piezas, dueñas de los deseos caprichosos del destino, no van a encajar pero que, si nos dejamos llevar, finalmente conseguimos ensamblar, ya que todo es más simple de lo que parece. Y es que, con un estilo narrativo caótico y desordenado, Van Dormael consigue atrapar al espectador en un viaje a través de la ficción, el destino y el amor, en un mundo especialmente diseñado para la ocasión, repleto de cuestiones filosóficas mezcladas con pequeñas dosis de ciencia.
La película es un constante bombardeo sensorial, en especial los primeros veinte minutos que son fascinantes e hipnóticos y que, por muy dementes que parezcan, son una pequeña obra maestra visual y estética. Van Dormael roza la perfección desmostrando su gran domino de los recursos visuales, los cuales mezcla magistralmente con una excelente banda sonora y una magnífica recopilación musical, con temas como "Everyday" de "Buddy Holly" o "Where is my mind?" de "The Pixies".
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Y es que, como si del destino se tratara, todo parece estar calculado milimétricamente para dejar boquiabierto al espectador y dejarle con la impresión de estar corriendo todos los días detrás de un tren que no se sabe muy bien a donde va.
Nota: 9 sobre 10
Nota: 9 sobre 10
Gran reseña David C., me ha encantado, sobre todo el último párrafo, ¿a dónde irá ese maldito tren...?
ResponderEliminarSaludos
Gracias por el comentario Antcabar ;)
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