Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio
La última película de Steven Spielberg, Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio, me ha dejado un sabor agridulce. El director norteamericano, en su intento de adaptar las aventuras del personaje de Hergé, se ha quedado a medias. Aunque hay que decir que Spielberg y Peter Jackson (productor de la cinta) acertaron cuando se reunieron y pensaron que hacer una adaptación de Tintín en vivo no haría justicia a los cómics de Hergé y que la animación sería la mejor forma de hacerlo.
El film es visualmente espectacular, con unos escenarios fantásticos y unos detalles magníficos. La caracterización de los personajes es impresionante y muy fiel a los cómics, incluso se podría decir que algunos de los personajes son calcos de los originales, en especial la del capitán Haddock, al que Andy Serkis interpreta y da vida de forma magistral (como de costumbre). Además, John Williams ha compuesto una banda sonora épica, que puede ser digna heredera de las grandes películas de los años ochenta y noventa.
Pero no es oro todo lo que reluce y, aunque la película empieza muy bien ya desde el principio con unos créditos iniciales increíbles, todo empieza ha venirse abajo después de la primera media hora. Es sólo durante estos treinta minutos donde hacen aparición la intriga y el suspense tan característico de las aventuras de Tintín. A partir de ahí empiezan los errores, las incoherencias, las infidelidades con respecto al cómic y los momentos estúpidos que están fuera de lugar. Todo esto unido a la desmesura y el gusto por lo exagerado malogran una película que podía haber sido maravillosa.
En definitiva, Spielberg se ha quedado a medias en su intento de hacer de Tintín el "Indiana Jones" del siglo XXI y ha hecho una película que se deja ver pero que podría haber sido mucho más.
Nota: 6,5 sobre 10
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