Incultura irracional
Como la gran mayoría sabéis, recientemente el parlamento catalán ha aprobado una ley que prohíbe las corridas de toros en Cataluña, que entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2012. Con esta prohibición se ha incrementado, más aún si cabe, la polémica sobre la "fiesta nacional", bueno llamémosla fiesta por llamarla de alguna forma.
Aunque Cataluña no es la primera que prohibe las corridas de toros en su territorio, ya que el parlamento de Canarias aprobó la ley 8/1991, de 30 de abril, de protección de los animales, cuyo artículo 5 dice: "se prohíbe la utilización de animales en peleas, fiestas, espectáculos y otras actividades que conlleven maltrato, crueldad o sufrimiento". A pesar de no ser una ley de abolición exclusiva de las corridas de toros, la prohibicion va implícita en ella. Y he de añadir que, a mi parecer, se trata de una ley mucho más completa, en la que se contemplan otros posibles maltratos de animales en fiestas y espectáculos y no sólo el de los toros en la plaza.
Pasando a nivel nacional, recientes encuestas en diversos periódicos de ámbito nacional han obtenido datos muy curiosos: en términos generales, en torno al 70% de la población española dice no estar interesada en la tauromaquia. Aunque también es cierto que de ese porcentaje no todos prohibirían las corridas de toros.
Por eso creo que es el momento de entrar en polémicas y de preguntarse: "¿a que llamamos cultura?" Si por cultura entendemos maltrato, sufrimiento, agonía, asesinato, etc... yo prefiero ser un inculto. No puedo entender como la gente disfruta viendo sufrir a un animal aturdido y desorientado, agonizando y desangrándose poco a poco hasta la muerte. Nunca podré entenderlo.
Os invito a hacer una pequeña reflexión. Póngamonos en su piel. Sintámonos un extraño rodeado de una multitud que grita y vitorea cada uno de nuestros pasos. Atrapados y sin salida, en un recinto circular. Asustados y atemorizados porque no sabemos con certeza que es lo que ocurre. Recibiendo poco a poco tremendas puñaladas, de un frío acero, que va desangrándonos lentamente. Aturdidos, mareados y desorientados. Cansados, exhaustos, sin apenas fuerzas debido a la gran cantidad de sangre con la que hemos ido bañando la arena. Luchando frente a la muerte, que viste un disfraz entre payaso y pórtico de feria. Sin escapatoria. Hasta que caemos a la arena, agonizando en un charco de sangre, con una espada atravesándo nuestro cuerpo y viendo, desde una perspectiva peculiar, a nuestro gran público, que grita extasiado. El tiempo se ralentiza y sentimos nuestra, cada vez más lenta, respiración. Deseamos el fin de nuestra agonía. Deseamos dejar aquel infierno. Deseamos la muerte que no llega...
Esto no es cultura. Esto no es una fiesta. Esto no es humano.
Seamos cultura. Seamos razonables. Seamos humanos.
Pasando a nivel nacional, recientes encuestas en diversos periódicos de ámbito nacional han obtenido datos muy curiosos: en términos generales, en torno al 70% de la población española dice no estar interesada en la tauromaquia. Aunque también es cierto que de ese porcentaje no todos prohibirían las corridas de toros.
Por eso creo que es el momento de entrar en polémicas y de preguntarse: "¿a que llamamos cultura?" Si por cultura entendemos maltrato, sufrimiento, agonía, asesinato, etc... yo prefiero ser un inculto. No puedo entender como la gente disfruta viendo sufrir a un animal aturdido y desorientado, agonizando y desangrándose poco a poco hasta la muerte. Nunca podré entenderlo.
Os invito a hacer una pequeña reflexión. Póngamonos en su piel. Sintámonos un extraño rodeado de una multitud que grita y vitorea cada uno de nuestros pasos. Atrapados y sin salida, en un recinto circular. Asustados y atemorizados porque no sabemos con certeza que es lo que ocurre. Recibiendo poco a poco tremendas puñaladas, de un frío acero, que va desangrándonos lentamente. Aturdidos, mareados y desorientados. Cansados, exhaustos, sin apenas fuerzas debido a la gran cantidad de sangre con la que hemos ido bañando la arena. Luchando frente a la muerte, que viste un disfraz entre payaso y pórtico de feria. Sin escapatoria. Hasta que caemos a la arena, agonizando en un charco de sangre, con una espada atravesándo nuestro cuerpo y viendo, desde una perspectiva peculiar, a nuestro gran público, que grita extasiado. El tiempo se ralentiza y sentimos nuestra, cada vez más lenta, respiración. Deseamos el fin de nuestra agonía. Deseamos dejar aquel infierno. Deseamos la muerte que no llega...
Esto no es cultura. Esto no es una fiesta. Esto no es humano.
Seamos cultura. Seamos razonables. Seamos humanos.
"el torero es el último escollo de una humanidad sin civilizar"
ResponderEliminarSe supone que una sociedad civilazada, moderna, debe progresar, cambiar sus costumbres y sus leyes si es necesario. Primero fue el circo, luego las ejecuciones públicas y ahora esto.Esto es incultura porque nos situa en una sociedad sangrienta, una irracionalidad más propia de animales que de personas, un espectáculo más propio del siglo XVIII que de el siglo XX, por no hablar del mundillo patriótico y machista que hay detrás,un mundillo retrógrado con el que no me siento identificada a pesar de sentirme española como buena navarrica que soy :)
Dicen que la historia de España no se puede explicar sin el mundo taurino y digo yo, tampoco sin los reyes católicos o la dictadura de Franco y por eso no vamos a pasar por alto la democracia entre otras cosas, también dicen que es arte, lo cual me toca bastante las narices por la parte que me toca, y pregunto: desde cuando es estético o expresivo hacer algo que no es ético? y así miles de argumentos que no se sostienen por ningún lado.
¡Viva la sensibilidad entre y por los humanos y animales!
P.D. y dicho sea de paso también ¡ Viva la República! :)